Ya sé que lo dije más de una vez, a vos y al mundo. Lo dije, pero a veces necesito decirlo de nuevo.
Cada vez que tus palabras llegan a mis ojos, llegan también a mi corazón, siento que me hablas a mi, aunque hayas escrito tus versos hace 15 años, cuando no me conocías, cuando no teníamos noción que hoy tus palabras me provocarían todas estas sensaciones.
De tiempo en tiempo los silencios llenan nuestra distancia y nos olvidamos un poco (o hacemos como que nos olvidamos) del encuentro explosivo que significo en nuestras vidas el cruce de nuestros ojos, el roce de nuestras manos. Porque con eso solo bastaba (y basta) para sentir que alguna vez nos pertenecimos o alguna vez nos perteneceremos, pero ciertamente no ahora.
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